¡Recorrimos la senda de las flores!

¡Recorrimos la senda de las flores!

Con alegría, con confianza, con seguridad hemos recorrido una preciosa senda de flores. Una senda llena de colores y de olores que nos han llevado hasta María, hasta nuestra Madre.

Por el camino la hemos conocido mejor, hemos podido hablar con ella, contarle nuestras cosillas, pedirle su intercesión, dejarnos abrazar. Le hemos cantado canciones llenas de cariño, le hemos recitado poesías nacidas del corazón, le hemos ofrecido nuestros sueños, nuestras preocupaciones, nuestros miedos, nuestras ilusiones, y ella, como MADRE con mayúsculas que es, las ha acogido y guardado en su corazón.

No dejemos de hablar con María, no dejemos de cantarle, no dejemos de llevarle flores, no dejemos de recorrer los caminos que nos llevan a ella…

¡POR UNA SENDA DE FLORES!